No se
permitirá entre nosotros gobiernos totalitarios si no que practicaremos la democracia, con espíritu participativo e incluyente. Para cumplir lo que afirmó el Señor: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Tí, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has
enviado.” (Jn. 17, 3).