El poder de un núcleo primario, distinguido en comunidades de base como en los tiempos de Jesús. Donde se buscará el bien común y
colectivo, siguiendo la unidad y sujetados bajos los mismos preceptos
y decisiones en el actuar de los que somos parte de la Congregación, siguiendo los pasos de Jesús de forma integral, siendo ministro de Dios o clérigos o laicos comprometidos con
la evangelización y el servicio, reconociendo los
valores de cada individuo, con profundidad en los procesos y actividades de la Congregación, siendo una escuela permanente de formación de líderes espirituales y sociales, pues la fe necesita las obras
(Cfr. Stg. 2, 18).